Una época apasionante y menos conocida por el gran público, pero rica en acontecimientos que tendrán importantes consecuencias en la futura creación de lo que hoy conocemos como España. Uno de los hechos más importantes será el descubrimiento de América, que convertirá a Castilla en una verdadera potencia gracias al monopolio comercial con el recién descubierto territorio.
Sin embargo, durante estos años, Isabel no será consciente de la magnitud real de la empresa que ha patrocinado. Mientras, Fernando de Aragón, empeñado en conseguir la supremacía de los Reinos de Castilla y Aragón como abanderados del catolicismo en Europa, luchará sin descanso para hacerse con el control del Mediterráneo para evitar el avance del imperio turco.
Y así conquistará Nápoles, gracias a la ayuda del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, uno de los más fieles a Isabel desde su infancia. También seremos testigos de la cristianización de Granada, de la incendiaria política religiosa del Cardenal Cisneros, confesor de la reina, y del polémico testamento de Isabel: la Reina, contra todo pronóstico, dejará Castilla en manos de su hija Juana, cuya frágil salud mental es ya más que evidente.
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